El uso de drones para aplicaciones de vigilancia e inspección brinda diversas funcionalidades vinculadas con la fotogrametría y con el vídeo en tiempo real. Al integrar cámaras térmicas, multiespectrales, hiperespectrales y/o visuales, los drones facilitan una extensa cantidad de datos, al igual que son capaces de realizar operaciones de vuelo en condiciones en las que los métodos tradicionales no son posibles, como vuelos nocturnos, vuelos con fuertes rachas de viento, acceso a zonas de difícil acceso, entre otras.
Tipo de cámaras integrables en los drones
Las más comunes en el mundo de los drones son las de vigilancia, equipadas sobre gimbals, y las fotográficas. Las cámaras de vigilancia o gimbals permiten orientar la cámara en cualquier dirección, permitiendo además realizar operaciones de vuelo «fly-by-camera» para el seguimiento de vehículos en movimiento, mantenimiento y supervisión de instalaciones de oleoductos y demás. También las cámaras de visión pueden llegar a facilitar la detección del entorno en sistemas «Sense and Avoid». En el caso de las cámaras fotográficas, éstas permiten, entre otras funcionalidades, poder realizar fotogrametría y con ello conseguir levantamientos topográficos y figuras ortomosaicas.
Las cámaras infrarrojas o térmicas son habituales tanto para aplicaciones de vigilancia, como en los sectores de la industria energética, de la construcción, la agrícola, el salvamento… Pueden ayudar a detectar con drones anomalías en las instalaciones antes de que se produzca un problema real, ahorrando tiempo y costes y eliminando riesgos humanos. Todo ello, gracias a la capacidad de las cámaras infrarrojas para realizar mediciones de temperatura de un punto lejano a tiempo real (SPOT METER).
Para finalizar, están las cámaras multiespectrales e hiperespectrales. Estas son capaces de recoger la información de una gran franja del espectro de luz, por lo que también incluyen información no visible. La información que recogen en forma de imagen cumple con la función de sensor químico, clasificando y diferenciando objetos dependiendo de su composición química. Al integrarse en los drones posibilitan la identificación de plagas en cultivos, enfermedades, hongos, fuentes de minerales y demás. Las diferencias entre ellas residen en que las cámaras multiespectrales forman imágenes en relativamente pocas bandas (entre 3 y 20) del espectro electromagnético, mientras que las hiperespectrales están formadas por un mayor número de bandas (pero cubriendo el mismo rango) ofreciendo un mayor detalle del espectro.